Un equipo de científicos ha confirmado la observación de un huracán espacial en la atmósfera superior de la Tierra. Esta es la primera vez que se contemplan este tipo de fenómenos, pero su detección sugiere que podrían ser más comunes de lo que pensamos.
«Hasta ahora, era incierto que los huracanes de plasma espacial existieran, por lo que probar esto con una observación tan sorprendente es increíble», dijo el físico del medio ambiente espacial Mike Lockwood de la Universidad de Reading en el Reino Unido.
Un huracán espacial en 2014
Gracias a observaciones realizadas en 2014 por un grupo de satélites, el equipo encontró enormes cantidades de energía depositadas en la ionosfera y magnetosfera polar. Debido a esto, confirmaron que habían percibido un huracán espacial y pudieron conocer algunas de sus características.
Según los datos, el huracán apareció de 110 a 860 kilómetros sobre el Polo Norte, con una extensión de hasta 1.000 kilómetros. Consistía en plasma con múltiples brazos espirales, girando en sentido antihorario a velocidades de hasta 2100 metros por segundo. Su centro, sin embargo, estaba casi quieto, como en los huracanes de altitudes más bajas.
A diferencia de los huracanes convencionales, este hizo llover electrones en la ionosfera. Como consecuencia, una enorme aurora en forma de ciclón apareció justo debajo del huracán espacial. Este cautivador evento tuvo una duración de casi ocho horas, depositando grandes cantidades de energía en la ionosfera.
Implicaciones adicionales
Sabemos que los huracanes espaciales están asociados a enormes cantidades de energía. Según Lockwood, “estos deben ser creados por una transferencia inusualmente grande y rápida de energía eólica solar y partículas cargadas a la atmósfera superior de la Tierra”.
«Los campos magnéticos y de plasma en la atmósfera de los planetas existen en todo el universo”, agregó. En ese sentido, “los hallazgos sugieren que los huracanes espaciales deberían ser un fenómeno generalizado”.
Existen algunas implicaciones adicionales para nuestro planeta. Saber que las auroras pueden ser el producto de huracanes espaciales podría ayudarnos a identificar otros huracanes en el futuro.
Además, según Zheng, la presencia de un huracán espacial podría provocar “importantes efectos meteorológicos espaciales como un aumento de la resistencia de los satélites, perturbaciones en las comunicaciones por radio de alta frecuencia y un aumento de errores en la ubicación del radar sobre el horizonte, navegación por satélite y sistemas de comunicación».