Dicen que llegó en un barco, procedente de China Oriental, al puerto de Burdeos. Corría el verano de 2005 y desde entonces se ha extendido por Europa, colonizando a partir de 2010 la cornisa cantábrica española, desde Galicia y hasta Navarra. La avispa asiática, que se alimenta sobre todo de abejas de la miel responsables de la polinización de las plantas, se ha convertido en una pesadilla para los apicultores y en un riesgo para el ecosistema.
Y una empresa navarra, que combate con drones a este insecto voraz, dice tener la solución para atajar el crecimiento de esta especie invasora.
Luis Jaunsaras es el CEO de Navarradrones, la empresa que, en compañía de la Universidad de Oviedo, ha desarrollado la tecnología necesaria para atacar los nidos de la avispa asiática con drones. “Creemos que es un sistema más seguro, menos invasivo, más eficaz y más barato que los que se están empleando hasta ahora”, explica.
La idea comienza a fraguar a partir de 2017. En Navarrarones acumulan ya 15 años de experiencia en el empleo de esta tecnología para fines audiovisuales, para trabajos agrarios y para revisión de infraestructuras. Entraron en contacto con Manés Fernández Cabanas, profesor de la Universidad de Oviedo y con Ángel Prendes, bombero de Mieres, a quien le había tocado lidiar con un insecto peligroso, que puede alcanzar los 3,5 centímetros de longitud.
Y de este modo optaron por acoplar una ballesta a un dron que puede ser manejado desde tres kilómetros de distancia. La ballesta es capaz de disparar na flecha que puede portar un insecticida dosificado o una pequeña carga explosiva. Y su empleo a las horas correctas, cuando todas las avispas se encuentran en el nido, “garantiza la completa destrucción del nido y de todas las avispas que haya dentro”, explica Juan Miguel García, director comercial de la empresa. “Un aspecto clave -añade- para evitar que las avispas se reproduzcan”.
La avispa asiática, como cualquier otro animal, elige el lugar en el que asentarse. Y tiene preferencia por ejemplo por los lugares húmedos, como las proximidades de los ríos. Es en estas fechas, al final de la primavera, cuando comienza a instalar sus nidos secundarios, que puede alcanzar el metro de altura.
“Un 60% suele estar en el arbolado (chopos, plátanos, nogales, acacias) y un 40% en zonas urbanas. Y están empezando a poner nidos en el suelo e incluso en árboles frutales”, explica Jaunsaras, quien recalca la peligrosidad de un insecto que amenaza la polinización, “responsable de la mayor parte, hasta el 87%, de los alimentos que ingerimos”. “Es un problema grave”.
Solo el verano pasado pasado, el Ayuntamiento de Pamplona eliminó 73 nidos de esta especie y capturó 356 ejemplares de avispas reinas fundadoras. Siete de los nidos, sin embargo, presentaban serios problemas de accesibilidad y tuvieron que ser derivados a los bomberos.