Su nombre es Ross y es capaz de escuchar el lenguaje humano, rastrear más de 10 mil páginas por segundo y formular una respuesta mucho más rápido que cualquier abogado humano.
Las respuestas de Ross incluyen citas legales, sugieren más artículos para estudiar e incluso calculan una tasa de confianza para ayudar a los abogados a preparar los casos. Además, por tratarse de una inteligencia artificial (IA), mientras más consultas recibe, más aprende, y su eficacia aumenta. Ross aprende de su interacción con humanos.
Este software fue creado por una startup canadiense de la Universidad de Toronto. Los investigadores utilizaron la tecnología del superordenador Watson, desarrollado por la International Business Machines Corporation (IBM), el mismo que en 2011 derrotó ampliamente a dos de los mejores participantes humanos del concurso de televisión Jeopardy. El computador inteligente Watson marcó, por esos años, el preludio de un definitivo e irreversible desarrollo de la IA.
Gracias a sus algoritmos, Ross puede tener en cuenta la ideología del juez, las partes implicadas en el juicio y los tribunales de menor rango desde los que llegan las causas. Una vez que asimila la información, responde basándose en las leyes vigentes y traduciendo la terminología.
A Ross no le hizo falta graduarse de la universidad. El robot Ross rastrea en tiempo real los resultados de sentencias y juicios que han sentado jurisprudencia, de manera que puede advertir cualquier riesgo que represente una amenaza para sus clientes y corregirlo. Además, las respuestas de Ross no son un copy paste. Ross interpreta, ejecuta juicios de valor de acuerdo a un meticuloso estudio sobre la jurisprudencia, que almacena en su base de datos.
En 2016, la prestigiosa firma estadounidense, Baker & Hostetler , contrató a Ross para que formé parte del Departamento de Gestión de Quiebras, junto a un numeroso equipo de 50 abogados humanos. Según aseguran sus fundadores, la compañía decidió contratar a esa inteligencia artificial como abogado para formular hipótesis y fundamentarlas con citas de leyes o precedentes legales.
Los responsables de la firma explicaron que no son los únicos en haber contratado los servicios de este abogado artificial. Por aquellos años Ross recibía numerosas ofertas laborales y asistía a modo de prueba a varias compañías relacionadas al mundo legal.
Como es de suponer, la presencia de Ross, el abogado artificial, ha generado incontables detractores, quienes señalan que confiarle a un aparato todo el trabajo, nunca es una buena idea. Además, precisan que los robots no tienen sentimientos y que deberían ser descartados de las plazas laborales para abogados profesionales, pues le quitan trabajo a los que realmente estudiaron Derecho.
Muchos de sus detractores sugieren que la IA solo debería usarse como una herramienta para acortar los plazos de una investigación. Para optimizar procesos, pero no para suplir el puesto de un abogado profesional.
En esa línea, el académico estadounidense, Vivek Wadhwa manifestó su preocupación por la tasa de desempleo que pueda generar la robotización, sin embargo, consideró beneficioso e inevitable el avance de la tecnología. “Me preocupa la tasa de desempleo, pero la gente podrá adquirir todo lo que necesita a bajo precio” señaló.
Por otro lado, Carlos Fernández, experto en tecnología, aseguró que la robotización no incrementaría el desempleo, solo crearía nuevos puestos de trabajo más especializados. Por ejemplo, los asistentes de Derecho serían los que implementen las bases de datos. “Sin información no hay inteligencia artificial” nos aclaró nuestro experto.
Cabe mencionar que, no sería la primera vez que un robot desarrolla la función de un jurista. A inicios de este año, una inteligencia artificial ridiculizó el esfuerzo de los 20 mejores abogados de EEUU, quienes decidieron competir contra el sistema inteligente, analizando contratos laborales.
Al respecto, Teknautas Ian Kerr, investigador de la Universidad de Ottawa en Canadá, opinó que ”la inteligencia artificial y la robótica no solo representan un buen instrumento para abogados y jueces, sino que pueden realizar ciertas tareas incluso mejor que ellos”. Kerr es especialista en la relación del derecho con la tecnología. “No es difícil imaginar que un ordenador pueda decidir mejor que una persona el veredicto de un juicio” sentenció.
En comunicación con LP, Carlos Fernández precisó que “un robot puede tener tu lógica, pero no tu talento”. “El robot siempre está al servicio del humano, no es al revés” agregó. Además, Fernández se refirió a la IA como “una tecnología que unida al Internet de las cosas, la realidad aumentada, la realidad virtual o el mapping nos permitirá reconstruir un crimen y ver en el juzgado la escena del crimen tal y como aparece la evidencia”
Lo cierto es que Ross ha llegado para quedarse y transformar las formas de ejercer la abogacía en el mundo. ¿Tendrá que aceptar la comunidad jurídica su total implementación en el derecho?