El cáncer es una de las principales causas de muerte provocada por una enfermedad. En 2020 se diagnosticaron en todo el mundo más de 19 millones de casos nuevos y se cobró diez millones de vidas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las previsiones indican que el número superará los 30 millones de afectados en las dos próximas décadas.
Los tumores más frecuentemente diagnosticados en el mundo el pasado año fueron, según datos de la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan), los de mama, pulmón, colon y recto, próstata y estómago, todos ellos con más de un millón de casos. La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) señala que los cánceres más frecuentemente diagnosticados en España en 2021 son los de colon y recto (43.581 nuevos casos), próstata (35.764), mama (33.375), pulmón (29.549) y vejiga urinaria (20.613). El informe indica que la incidencia del cáncer en España superará los 270.000 nuevos casos a final de año.
La lucha contra esta enfermedad es posiblemente uno de los mayores retos a los que se viene enfrentando la medicina en los últimos cien años. Por ello, la investigación médica y tecnológica es fundamental para seguir dando pasos para combatirla. Aunque el número de personas con cáncer se ha incrementado debido al crecimiento de la población y su envejecimiento, en términos reales las muertes por cáncer están disminuyendo. ¿La razón? Que la supervivencia ha aumentado gracias a los avances médicos.
En los últimos años, una nueva terapia se está abriendo paso como una de los tratamientos con mayor porcentaje de éxito en esta batalla. Es una alternativa a la cirugía, la radioterapia o la quimioterapia. Aunque la primera unidad del mundo fue instalada en Estados Unidos en 1950, hasta hace poco más de un año solamente estaba disponible en Suiza, Alemania y Francia. Ningún centro en España público o privado había utilizado esta terapia hasta que Quirónsalud la incorporó hace apenas dos años.
La protonterapia emplea protones en el tratamiento radiológico, en lugar de rayos X. Un protón es una partícula con carga positiva con alta potencia que puede destruir las células cancerosas. En este sistema, los protones se dirigen con precisión milimétrica hacia el tumor y depositan la dosis específica de radiación. De esta forma, minimiza el riesgo de dañar los tejidos sanos circundantes y reduce el riesgo de desarrollo de tumores secundarios.
Gracias a las propiedades físicas de los protones, la protonterapia es la técnica radioterápica más avanzada y segura para tratar determinados tipos de cáncer. Por ello, esta terapia está indicada en pacientes infantiles y en determinados tipos de tumores, especialmente en los pediátricos, oculares, sarcoma (cerebrales), cabeza y cuello.