Los ciudadanos de China no pueden actualizarse

Los ciudadanos de China aunque Microsoft lanzó Windows 11 el pasado martes, y son ya numerosos los usuarios que han actualizado a su nuevo sistema operativo, se da la circunstancia de que en uno de los países con mayor número de usuarios de PC del mundo prácticamente nadie está pudiendo actualizar a Windows 11 (no, al menos, sin poner en riesgo la opción de recibir soporte y actualizaciones).

Dicho país es nada menos que la República Popular China, cuyo gobierno prohibió ya en 1999 un componente informático que era en gran medida desconocido por el gran público hasta que, hace unos meses, Microsoft anunció que pasaba a ser uno de los requisitos básicos de Windows 11: el chip TMP (siglas de Trusted Platform Module).

Concretamente, Windows 11 requiere que nuestro equipo cuente con la versión 2.0 del TPM activada para ser considerado oficialmente ‘compatible’. Sin embargo, los ordenadores fabricados para el mercado chino no cuentan ni con la versión 2.0 ni con la 1.2 de TPM, y es que esta tecnología, destinada a proteger una computadora de la manipulación externa y a la realización de tareas de cifrado, está sencillamente prohibida en China, y ha sido sustituida por un estándar equivalente propio (TCM, de ‘Trusted Cryptography Module’) que Microsoft no ha tenido en cuenta a la hora de desarrollar su nuevo Windows.

Para China, el TPM es tecnología diseñada y desarrollada en el extranjero y su prohibición se enmarca, además, en el ya largo conflicto comercial China-EE.UU. en torno a la fabricación de chips.

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Himani Mukka, analista de investigación de Canalys citado por el South China Morning Post, señala, en referencia a esta prohibición, que “cualquier tema relacionado con la seguridad es de importancia nacional en China y posiblemente termine siendo regulado”.

Según el South China Morning Post, Microsoft ya ha empezado a facilitar que ciertos sistemas se actualicen en ausencia de chips TPM sin que eso afecte a su soporte para los ciudadanos de China, pero se trataría de “ofertas específicas” que no están al alcance del consumidor medio, sino de instituciones públicas y grandes empresas tanto de China como de otro país que también ha limitado en los últimos años la disponibilidad del TPM: Rusia.

 

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