Durante más de 60 años, la NASA ha brindado oportunidades para llenar los vacíos de conocimiento donde todavía buscamos respuestas.
La NASA ha seleccionado una nueva propuesta de telescopio espacial que estudiará la historia reciente del nacimiento y muerte de estrellas y la formación de elementos químicos en la Vía Láctea.
Se espera que el telescopio de rayos gamma, llamado Compton Spectrometer and Imager (COSI), se lance en 2025 como la última pequeña misión astrofísica de la NASA.
El Programa de Exploradores de Astrofísica de la NASA recibió 18 propuestas de telescopios en 2019 y seleccionó cuatro para estudios de concepto de misión. Después de una revisión detallada de estos estudios por parte de un panel de científicos e ingenieros, la NASA seleccionó COSI para continuar con el desarrollo.
“Durante más de 60 años, la NASA ha brindado oportunidades para misiones ingeniosas y de menor escala para llenar los vacíos de conocimiento donde todavía buscamos respuestas”, dijo en un comunicado Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la agencia en Washington. “COSI responderá preguntas sobre el origen de los elementos químicos en nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, los mismos ingredientes críticos para la formación de la Tierra”.
COSI estudiará los rayos gamma de los átomos radiactivos producidos cuando las estrellas masivas explotaron para mapear dónde se formaron los elementos químicos en la Vía Láctea. La misión también investigará el origen misterioso de los positrones de nuestra galaxia, también conocidos como antielectrones, partículas subatómicas que tienen la misma masa que un electrón pero una carga positiva.
El investigador principal de COSI es John Tomsick de la Universidad de California, Berkeley. La misión costará aproximadamente 145 millones de dólares, sin incluir los costos de lanzamiento. La NASA seleccionará un proveedor de lanzamiento más tarde.
El equipo de COSI pasó décadas desarrollando su tecnología a través de vuelos en globos científicos. En 2016, enviaron una versión del instrumento de rayos gamma a bordo del globo de súper presión de la NASA, que está diseñado para vuelos largos y cargas pesadas.