Amar en tiempos de coronavirus es quizás más complicado con eso de tener que mantener la distancia social, pero sea ésta u otra la razón por la que podamos necesitar un cinturón de castidad, la tecnología también está ahí para ayudarnos.
El caso es que con este cinturón de castidad electrónico para hombres la ayuda puede acabar al final en un hackeo en el que, bueno, nuestro mejor amigo puede verse afectado.
Se trata del Qiui Cellmate Chastity Cage, un dispositivo que se coloca en el órgano sexual masculino y cuya función es, básicamente, ser un bloqueo electrónico ante la posible actividad sexual.
Implica un control vía app de móvil y que disponga de conectividad Bluetooth y WiFi, pero un fallo de seguridad permite que pueda hackearse y manejarse a distancia.
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Cuando tu “defensor de lo tuyo” toma el control “del asunto”
‘Love hurts’, reza la web de venta del dispositivo. Pero quizás lo que duele más es que el Qiui Cellmate sea controlado por un tercero no autorizado 😨.
Porque la idea es la siguiente: adquieres el dispositivo, te lo colocas y gracias a esa conectividad incorporada das acceso a un tercero (de confianza) para que sea, en cierto modo, el guardián electrónico de tu castidad. Mientras no haya permiso, tu pene quedará dentro de este armazón con resistencia IPX7 (para que lo puedas llevar tranquilamente al darte un baño, dice la web).
El problema es que según detectó Alex Lomas, investigador de Pen Test Partners (una empresa especializada en seguridad), había un fallo de seguridad que podía dar acceso no sólo a nuestro guardián, sino a cualquier otro usuario (que supiera e intentase acceder). De hecho, ya advirtió a Qiui hace meses.
Así, el que según sus creadores es el “primer cinturón de castidad controlado vía app” presenta un error verdaderamente traicionero precisamente en esta función, permitiendo que alguien pueda bloquear permanentemente el órgano sexual de los usuarios.
Para pensarselo dos, tres y cuatro veces………