La pandemia de coronavirus aceleró el crecimiento de las plataformas de delivery y mensajería. Y así fue como la demanda de motocicletas, principal herramienta de trabajo para los repartidores, se aceleró en México, pero no todas las personas pueden acceder a un financiamiento para este tipo de vehículos. Ésta fue la idea que dos emprendedores colombianos convirtieron en un negocio llamado Ozon.
“Somos la única empresa que da financiamiento sobre motos usadas”, dice, en entrevista, Daniel Otero, cofundador de Ozon, quien recuerda que este modelo es similar al que descubrió Kavak con la compra y venta de automóviles de segunda mano.
Ozon compra motos de segunda mano o uso y las arreglan en sus talleres para que puedan ser comercializadas con financiamiento entre los repartidores.
En agosto de 2021, Ozon inició con este modelo de negocio en Colombia y México, aunque en éste último país ya se concentra el 90% de las operaciones de la firma fundada por estos emprendedores colombianos.
“Nos dimos cuenta de que el mercado era más atractivo en México, ya que es un mercado mucho más grande que el de Colombia y los temas regulatorios son mejores”, explica Otero.
En noviembre del año pasado, Ozon cerró su ronda presemilla y en diciembre se dieron cuenta los fundadores de que requerían de mayor capital frente a la demanda del mercado mexicano.
En enero, la firma concluyó una ronda semilla por 4 millones de dólares, cuyos inversionistas fueron Angel Ventures, Magma Partners, Bridge Partners, K50 Ventures, Adalberto Flores, de Kueski, y José Velez, de Bold.
El plan de la firma para este año es operar en otras capitales del país y no sólo en Ciudad de México, por lo que la ruta de la empresa se encamina a Guadalajara, Jalisco, y Monterrey, Nuevo León, para tener más de 6,000 motos operando bajo el modelo negocio.
El año pasado, en Colombia, se vendieron un millón de motos, contra 100,000 automóviles, dice Daniel, quien cree que la oportunidad es grande para el mercado al cual se dirigen dentro de toda Latinoamérica.
“Lo que queremos con Ozon es ser una multilatina y tener presencia en las principales ciudades de Latinoamérica, porque esta problemática de crédito de los repartidos no sólo se da en México o en Colombia”, dice Daniel.
El nacimiento del negocio Daniel Otero nació en Colombia hace 24 años. Antes de fundar Ozon, este emprendedor ya había incursionado en el ecosistema con una startup de micromovilidad con operaciones en Bogotá y Medellín, en Colombia, en donde rentaban bicicletas eléctricas, pero decidió cerrar este negocio en 2020.
Al año siguiente, Miguel Ocampo, quien era su socio en el emprendimiento previo, y Daniel deciden fundar Ozon, una empresa que desde el primer día de operación tuvo presencia en Colombia y México.
De la mano de los cofundadores de Grin, la startup de motopatines eléctricos establecida en México, Miguel y Daniel lanzaron el servicio de renta mensual de bicicletas y patines, pero la demanda no respondía como querían.
“Dijimos: OK estamos cometiendo un error y estamos atacando el mercado de las personas que hoy están haciendo trabajo remoto desde casa y no necesitan un transporte para movilizarse de forma recurrente; ahí fue cuando dijimos cambiemos ese mercado y busquemos a las personas que todos los días salgan a trabajar ahí comenzamos a pensar en las personas que trabajan en las plataformas de reparto”, relata Daniel.
Al hablar con las plataformas se dieron cuenta de que su principal herramienta de trabajo no eran las bicicletas o los patines, sino las motocicletas, ya que ganan 50% más, en comparación con el resto de los transportes.
En ese momento descubrieron que todos los repartidores querían comprar una moto, pero no contaban con los recursos económicos o condiciones para obtener un crédito para adquirir el vehículo. El 98% de las personas que trabajan en las apps no reciben crédito de las entidades financieras, de acuerdo con Ozon.
El primer auto eléctrico de MINI llega a México con propuesta divertida Lo que intenta la empresa es facilitar la compra y venta de motos, para alejarse del riesgo de un fraude. La garantía que ofrece Ozon es claridad en las operaciones y brindar liquidez inmediata para los usuarios, con precios “justos” de acuerdo con los precios del mercado.
Además, los talleres propios, con dos locaciones en México, se encargan de garantizar las condiciones favorables de las motocicletas en temas mecánicos, mientras el crédito ofertado para los compradores de motos es de un año, con pagos semanales, para adaptarse a los tiempos de pago de plataformas como Rappi o Uber Eats, por ejemplo.
El comprador de motos sólo muestra los ingresos que ha obtenido en los últimos meses, para determinar la
capacidad de pago de cada persona. “Utilizamos canales no tradicionales para revisar los ingresos de las personas y poder darles un crédito”, explica Daniel.
Hoy, la empresa ha vendido más de 500 motocicletas y esperan cerrar el año con 6,000 de estos vehículos
comercializados. Ozon es un emprendimiento que sueña con llegar lejos y, como ocurrió con Kavak, algún día lograr entrar al club de las empresas llamadas “unicornio”, es decir, con una valuación superior a los 1,000 millones de dólares. “Eso, sin duda, es el objetivo, hoy nos falta mucho trecho para llegar hasta allá”, dice Daniel Otero.