En misiones de rescate las cucarachas cyborg podrían convertirse en una herramienta invaluable, apoyándose en el sentido de orientación natural de los insectos y enriqueciéndose con una pequeña “mochila” tecnológica dotada de sensores y una cámara, logran superar las limitaciones de los robots y llegan casi a un 90% de eficacia en la identificación de seres humanos.
Investigadores de la Universidad Tecnológica Nanyang de Singapur han creado cucarachas cibernéticas que podrían usarse para buscar sobrevivientes en edificios derrumbados, las cuales están equipadas con un chip de comunicaciones, un sensor de dióxido de carbono, un sensor de movimiento, una cámara infrarroja y una pequeña batería, y son controladas por algoritmos que responden directamente a los sensores de la mochila. Han sido probadas con éxito en una zona de desastre simulada.
Se sabe que las cucarachas son una de las formas de vida más resilientes: se adaptan a todo tipo de hábitats, son capaces de ingresar a las viviendas aprovechando espacios ínfimos y, en el caso de la variedad utilizada en este estudio, pueden soportar 10 veces más radiación que los seres humanos, además de vivir hasta siete días sin cabeza, porque logran respirar a través de unos orificios especiales que poseen en los costados. Además, su sentido de la orientación y la ubicación les permiten seguir a la perfección una ruta fijada de acuerdo a sus intereses.
No cabe duda de que, junto con estas ventajas y habilidades, también son insectos desagradables para convivir con ellos en nuestros hogares, por eso habitualmente se los intenta eliminar. Sin embargo, un artículo publicado en The Straits Times demuestra que las cucharas también pueden ser nuestras aliadas: convertidas en insectos cyborg, son capaces de identificar rápidamente y con máxima eficacia a posibles víctimas de desastres y de salvar así vidas.
Mientras los robots en miniatura de última generación no logran durar lo suficiente para las operaciones de rescate, debido al alto consumo de energía para su movimiento, un equipo de robots híbridos de insectos (también llamados cyborgs) pueden navegar en espacios estrechos que son demasiado peligrosos e inaccesibles para los seres humanos. De esta forma, se incrementa la seguridad de los socorristas de primera línea y se puede mejorar la agilidad y la eficiencia de las operaciones.
Las cucarachas son equipadas con una pequeña “mochila tecnológica”, en la cual están presentes los dispositivos que permiten controlarla a través de los algoritmos especialmente diseñados, obtener imágenes y analizar el entorno. Los investigadores anestesian primero al insecto, luego se raspa cuidadosamente la cera que poseen en la parte posterior, colocando dos electrodos y un microchip en su espalda. Algunos minutos después, la cucaracha recupera el conocimiento y comienza a correr.
Según los investigadores, se necesitan aproximadamente 500 cucarachas de este tipo en un área de búsqueda y rescate de alrededor de 5 kilómetros cuadrados. De acuerdo a una nota de prensa, las cucarachas cibernéticas se mueven de forma autónoma en un área obstruida, sin la ayuda de ningún operador. Detectan la presencia humana mediante la cámara a bordo y los sensores, informando de forma inalámbrica a una consola remota.
El algoritmo de control de navegación, que utiliza la capacidad de orientación intrínseca del insecto, logra la exploración de terrenos complejos. En tanto, la detección de presencia humana de alta precisión se potencia con un modelo de aprendizaje automático personalizado. Todas estas ventajas son de enorme valor para los equipos de búsqueda y rescate, que tienen que trabajar en situaciones extremadamente complejas y en una carrera contra el tiempo para buscar sobrevivientes