Los NFT se han convertido en una de las formas de hacer dinero más populares en los últimos años. Sin embargo, esto trae consigo un gran problema que ha sido invisibilizado el impacto que su operación genera en el medio ambiente pues el usuario común simplemente da por hecho que todo en Internet se trata de datos, cableado o señales imperceptibles. Sin embargo, la realidad es otra y, como toda actividad productiva dentro del capitalismo, genera contaminación y daño a los ecosistemas. El ascenso de las criptomonedas y los NFT representan un nuevo paso hacia esa terrible dirección y un grupo ha decidido decir ¡basta!.
De acuerdo con información de Bloomberg (vía Gamesindustry.biz) desarrolladores de Minecraft, académicos y Xbox Game Studios lanzaron la iniciativa Climate Replay, grupo que promueve un uso responsable de las criptomonedas y los NFT en los videojuegos. Climate Replay nace en medio del boom por los NFT y las intenciones de varios desarrolladores, estudios y compañías de sacar provecho económico de ello sin medir el impacto que esto tiene, desde la experiencia y relación con el usuario hasta los daños al medio ambiente.
Tratando de frenar la fiebre que hay por los NFT y su inclusión en los videojuegos, Climate Replay alzó la voz criticando la situación actual de esa escena y sus operaciones: “los videojuegos nos dan esperanza en un mundo que es cada vez más incierto. Nos ayudan a desbloquear nuestro potencial creativo y nos liberan de las limitaciones del mundo real, físicas, financieras o de otro tipo. La mayoría de los NFT, y por consecuencia la mayoría de las formas de propiedad digital, en su estado actual tienen un propósito exactamente opuesto, su valor definido completamente por la escasez artificial y la especulación y alimentado por un gasto innecesario de recursos físicos. Es imperativo para la salud de la comunidad mundial de los videojuegos, el planeta y la sociedad en su conjunto, garantizar que cualquier adopción de tecnologías basadas en blockchain, como las NFT, ocurra solo cuando aporten un valor demostrable a los videojuegos y sus comunidades, tras analizar todos los posibles impactos sociales y ambientales”.
