Cuatro fueron los nuevos iPhone que Apple presentó en su última Keynote (y no sólo eso), manteniendo el número de nuevos terminales que iniciaron ya hace tres generaciones.
Pero lo hizo con algunos cambios: ahora el más sencillo no es “mini”, es “estándar”, y en las primeras impresiones del iPhone 14 hemos podido ya catar este nuevo móvil de Apple enfocado a quien no quiere “plus” (guiño, guiño).
Se trata de la opción de menor precio de esta nueva remesa, teniendo como hermano mayor (y muy mellizo) el iPhone 14 Plus. Un smartphone que ya en su presentación parecía enfatizar más que hasta ahora que los Pro son una cosa y los no Pro otra, sin dejar de ofrecer características interesantes. Os contamos qué tal en nuestras primeras horas con él.
l iPhone 14 tiene una pantalla de diagonal de 6,1 pulgadas, por lo que es mayor de lo que fueron los mini (el iPhone 13 mini tiene una pantalla de 5,4 pulgadas) y equivalente al iPhone 13, de manera que las dimensiones son prácticamente las mismas no sólo a las de dicho iPhone 13, también a las del iPhone 13 Pro.
Es un tamaño que logra escapar a la tendencia actual de dimensiones más bien grandes, atendiendo a una gran mayoría de móviles Android con pantallas a partir de 6,3 pulgadas y baterías de unos 4.000 mAh. Motivo por el que resulta relativamente ligero y de agarre fácil, si bien las esquinas que se recuperaron y asentaron desde los iPhone 12 siguen sin ser lo agradables que resultan las habituales curvaturas en los bordes (qué tiempos aquellos los del suavizado iPhone 11 Pro).
Tampoco es un drama y las esquinas siguen sin molestar, y al ser un móvil relativamente compacto con adherencia al final resulta bastante cómodo. Eso sí, el déjà vu es inevitable: el diseño es calcado al de sus predecesores, con la trasera de cristal con brillo (salvo en el módulo de cámaras, que está en mate), el notch y la disposición de las cámaras traseras a modo de número 2 en un dado. Nada de isla dinámica ni nada que no hayamos visto antes en un iPhone (bueno, el color azul, aunque es bastante parecido al de los 13 Pro).
La pantalla se mantiene en dimensiones y características, para bien y para no tan bien. La experiencia suele ser buena con los paneles que monta Apple y eso, por lo que estamos viendo, se mantiene: un panel equilibrado a nivel de saturación, con definición y una buena dosis de contraste. Pero los no Pro se han quedado sin ajuste ProMotion, el que permitiría adaptar la tasa de refresco hasta 120 Hz según el uso, y sin la pantalla ambiente o Always-On Display que ha estrenado la compañía en 2022.
A la buena experiencia (temprana) que estamos teniendo con el panel se suma la del audio. Hemos escuchado algunos podcasts, música y vídeos y por ahora nos parece que el estéreo está bien ajustado y suena muy bien. Algo que probablemente se haya mantenido a grandes rasgos a nivel de hardware con respecto a sus antecesores.
También hemos podido jugar algún rato y el móvil se ha portado bien, moviendo ‘Asphalt 9’ sin problemas y sin apenas calentarse. Eso sí, usando la cámara nos ha llamado la atención lo pronto que aumenta la temperatura, así que iremos viendo si es algo habitual y qué ocurre con el rendimiento en general más adelante.
iOS 16: cambios tan llamativos como sutiles
Somos conscientes de este oxímoron, pero hemos de ser fieles a nuestras primeras sensaciones y hay que tener en cuenta que estamos ante un iPhone que no luce el nuevo iOS 16 en todo su esplendor (una decisión a todas luces no relacionada con limitaciones de hardware). Si bien, sin la AOD o la isla dinámica, ya hemos visto alguna de las novedades y sorpresas que lleva la nueva versión del sistema.
Aunque profundizaremos mucho más en experiencia de uso y consumo de recursos en el análisis de este móvil, nos parece que el software está suficientemente optimizado para dar estabilidad y fluidez. En esta versión definitiva no tenemos reinicios, cierres inesperados o un consumo exacerbado de la batería pese a haber machacado bastante el móvil desde que lo sacamos de la caja.
Una de novedades más llamativas era la personalización, porque históricamente esto es algo que no ha caracterizado el software de Apple. La marca deja ahora que juguemos con algo que parecía intocable, la pantalla de bloqueo, permitiendo ajustes estéticos llamativos (como que haya un orden de capas entre los elementos del fondo y el reloj) y algunos funcionales mediante los widgets.
Spotlight asoma ahora en el escritorio, pero el resto de elementos conservan su ubicación y formato, como el centro de control o la pestaña de notificaciones. También hemos comprobado que el recorte de fondo funciona muy bien y es tan versátil como prometían, incluso en fotos nocturnas. Así que esto promete bastante entretenimiento para los fans de los stickers.
Aún quedan bastantes novedades que probar, como las notificaciones dinámicas, los añadidos de apps propias (en Mensajes, Mapas, Mail y otras). No son cambios demasiado radicales en el sistema, sino más bien añadidos bastante interesantes a apps propias, así que trataremos de verlos a fondo tanto en este iPhone como en los Pro (stay tuned).
Unas cámaras que también nos suenan
Como siempre, ahora haremos algunos comentarios muy generales sin profundizar y compartiendo la pequeña muestra que hemos podido realizar sobre el rendimiento de las cámaras. Recordamos que este iPhone 14 dispone de dos sensores, uno principal de 12 megapíxeles con estabilización óptica de imagen ‘Sensor Shift’ y un secundario de otros 12 megapíxeles para el gran angular, lo cual evoca bastante al iPhone 13 Pro.
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Lo que de momento hemos visto es que, pese a contar con la lente gran angular, Apple no da su brazo a torcer y no dispone la función Macro en los no Pro. Sí vemos que tenemos tanto el modo cinemático como el de acción en vídeo, recordando también que tanto en las traseras como en la frontal el vídeo puede ser de hasta 4K.
Por ahora hemos hecho unas cuantas fotos tanto de día como de noche y vemos que en este segundo caso la cámara principal cumple bastante bien incluso en escenas oscuras sin modo noche (que sigue siendo pertinentemente exigente con una determinada baja exposición a la hora de activarse). No ocurre igual con el gran angular, donde vemos que en fotografía nocturna pierde bastante definición (aunque mantiene exposición y colores).
De día vemos que la cámara principal rinde bien en primeros planos y que el modo retrato funciona muy bien, pudiendo ayudar nosotros a que detecte hasta dónde llega nuestro sujeto principal para hacer bien el recorte. Parece que hay un toque extracálido en el procesado por defecto si la iluminación tiende per se a la calidez, algo que no se produce en exteriores con sombra. De, hecho, en ese caso hemos visto que no parece cumplirse la aparente mejora en la interpretación de sombras que parece haber habido en su hermano el iPhone 14 Pro.
La cámara frontal, con una mayor apertura que la del iPhone 13, parece mantener el “realismo cálido” al que Apple nos ha acostumbrado más o menos desde el iPhone X. De momento vemos fotos muy conseguidas de día, con un retrato cuyo recorte parece algo más agresivo, si bien respeta los bordes reales. El nuevo autoenfoque parece trabajar bien, aunque hemos de ver si logramos sacar algún retrato con un contraste más natural con el fondo.