Hace unos 49 millones de años (ma), el planeta era un lugar mucho más cálido. Según estudios una planta habría contribuído de forma importante a revertir esto.
Según los informes la secuenciación del genoma de Azolla filiculoides realizada por más de cuarenta científicos de todo el mundo ha abierto la posibilidad a que pueda ayudarnos a contrarrestar el aumento de las temperaturas derivadas de gases de efecto invernadero.
Es decir la Azolla podría ser la clave para combatir el cambio climático.
Hablar de Azolla es englobar siete especies de helechos acuáticos tan diminutos que parecen simples algas pero que según las investigaciones abundaba en el océano Ártico millones de años atrás. Sus abundantes microfósiles orgánicos y silíceos de agua dulce que lo acompañan indican una subida episódica de las aguas superficiales del Ártico durante un intervalo de aproximadamente 800 000 años conocido como el evento Azolla.
Las Azollas Son pleustófitos dulceacuícolas que forman relaciones simbióticas con cianobacterias fijadoras del nitrógeno atmosférico. Una vez fijado, el helecho puede asimilarlo como nutriente, lo que le permite un crecimiento tan rápido que hace de ellos unas peligrosas plantas invasoras pero es justo esta capacidad de capturar CO₂ (Hasta nueve toneladas por hectárea y año) la que es fruto del ínteres científico.
Y es que en conreto si consiguiéramos mantener la concentración de CO₂ alrededor de las 450 ppm, replicar el evento Azolla y tener mucha paciencia, podríamos detener el cambio climático. Y aunque suena muy alentador obviamente hablamos de un escenario en el que los mares tendrían que estar cubiertos de manera importante por estos helechos.
Necesitaríamos, pues, reproducir el Ártico y sus condiciones de hace 49 ma. Lamentablemente, no existe ninguna parte del mundo que se parezca mucho, por lo que habría que ser un poco más prácticos. El antiguo océano Ártico tenía 4 000 000 de km². Hay un total de 5 170 000 km² de lagos de agua dulce en el mundo. Y aunque aún así luce bastante complejo en la ejecución podría ser la ruta, de mientras se siguen estudiando las propiedades de esta planta y su potencial para combatir el cambio climático.
