El administrador de la NASA, Bill Nelson, calificó este domingo a la Artemis I de “una misión extraordinariamente exitosa”, que supone además “el comienzo de un nuevo comienzo” en lo que respecta a la exploración espacial.
Durante una teleconferencia posterior a la llegada este domingo de la nave no tripulada Orión, el ex senador por Florida recordó que el programa Artemis pretende fijar una presencia permanente en la Luna “para ir más lejos en el cosmos”, entre lo que figura el envío a Marte de una misión tripulada hacia fines de la próxima década.
Junto a otros directivos de la NASA, Nelson señaló que mantienen para 2024 el despegue de la misión Artemis II, que hará un trayecto similar pero con tripulación, y en esa medida aseguró que el programa cuenta todavía con apoyo bipartidista y del Congreso estadounidense.
A su lado, Vanessa Wyche, directora del Centro Espacial Johnson de la NASA, señaló que si es satisfactoria la información que arroja la Artemis I, que tras su amarizaje será trasladada al Centro Espacial Kennedy, en Florida, podrían en ese caso estar dando a conocer a los tripulantes de la próxima misión hacia comienzos del próximo año.
La misión no tripulada Artemis I concluyó este domingo luego de la llegada de la cápsula Orión al Océano Pacífico, frente a las costas mexicanas de Baja California, al cabo de 25 días y medio de misión, durante los cuales hizo un viaje de ida y vuelta a la Luna en el que cubrió 1,4 millones de millas (2,2 millones de km.).
Durante el trayecto de entrada a 25.000 millas por hora (40.000 km/h), equivalente a 32 veces la velocidad del sonido, la nave de 22.000 libras de peso (poco más de 9.900 kilos) y unos cinco metros de diámetro (16,5 pies) experimentó unos 5.000 grados Fahrenheit (2.800 grados centígrados), la mitad de la temperatura en el Sol.
Afrontó esa prueba de fuego protegida por un escudo térmico que se ha estrenado en esta misión y que ha cumplido un buen desempeño, según las primeras observaciones aunque resta hacerle un análisis más profundo, según dijo en la teleconferencia el gerente de la misión, Mike Sarafin.
“Así es como luce una misión exitosa”, aseguró el directivo de la NASA.
El director del programa Orión, Howard Hu, en tanto, señaló que la nave cayó a unas 2,1 millas náuticas del objetivo, ubicado cerca de la isla de Guadalupe, y el requisito era que lo haga dentro de 5,4 millas náuticas.
Dijo también que cumplieron 122 metas a lo largo de la prueba de vuelo y que agregaron unos 20 más en tiempo real.
Jim Free, administrador asociado de la NASA para el Desarrollo del Sistema de Exploración, manifestó que el exitoso cierre de la Artemis I les da confianza para encarar misiones “cada vez más complejas” que buscan establecer una presencia permanente en la Luna.
“Los indicadores iniciales son muy favorables”, señaló Sarafin sobre la Artemis I, uno de cuyos hitos fue colocarse a una distancia de 434.522 kilómetros (casi 270.000 millas) de la Tierra, la máxima lograda por una nave espacial diseñada para transportar humanos y superior al récord que logró en 1970 la misión Apolo 13.
A su llegada a aguas del Pacífico, apoyada por once paracaídas que se abrieron de forma progresiva cuando la nave descendía a 325 millas por hora (unos 200 km/h), el equipo de recuperación a bordo del buque de la Marina de EEUU USS Portland, debió esperar unas seis horas antes de remolcar la nave para llevarla a una base naval en San Diego, California, y de ahí a Florida.
En ese tiempo, la NASA recogió información sobre cómo impactaron en la Orión las altas temperaturas que experimentó durante el reingreso y si es que tuvo efectos en la temperatura de la cabina de la tripulación, ahora solo ocupada por maniquíes.
Los planes de la NASA son enviar la misión tripulada Artemis II en 2024, y al año siguiente la Artemis III, en la que los astronautas, entre ellos una mujer y un hombre de color, finalmente tocarían el suelo del satélite por primera vez desde 1972.