El 1 de febrero será el mejor día para observarlo. Pasará a 42 millones de km de la Tierra. Fue descubierto en marzo del año pasado a 640 millones de km.
Este cuerpo celeste verde de apenas 1 kilómetro de diámetro volverá a ser visible para el planeta Tierra 50.000 años después. Para remontarse a su anterior acercamiento a nuestro planeta, hay que retroceder a la época glacial del Paleolítico.
C/2022 E3 (ZTF) se divisó en marzo de 2022. El equipo del programa Zwicky Transient Facility (ZTF), que opera con el telescopio Samuel-Oschin en el observatorio Palomar, en California, a 640 millones de km cuando se encontraba en la órbita de Júpiter.
El perihielo (distancia más cercana al Sol) lo alcanzó el pasado 12 de enero, sin embargo, será más perceptible en el periodo comprendido entre el 21 de enero y el 1 de febrero, ya que dentro de la fase lunar, la luna nueva proporciona una mayor oscuridad, propicia para su observación con prismáticos. Así lo explica la NASA:
‘’Los cometas son notoriamente impredecibles, pero, si este continúa su actual tendencia de brillo, será fácil de detectar con prismáticos, y es muy posible que llegue a ser visible a simple vista bajo cielos oscuros”.
El cometa estará situado al noroeste, y la hora más recomendable para verlo será antes del amanecer. Además, se observará mejor en el hemisferio norte, aunque también se podrá observar desde el hemisferio sur. No obstante, en este estudio explican las razones con mayor precisión.
De su nombre C/2022 E3 (ZTF), podemos extraer varias conclusiones: C indica que es un cometa no periódico al tener un período orbital mayor a 200 años. 2022 fue el año en el que se supo de su existencia, que tal y cómo se mencionó antes, fue en marzo de ese año en California. E3 indica que fue el tercer objeto astronómico que se detectó en 2022. Por último, el telescopio mediante el que fue hallado este cometa fue el utilizado por el programa Zwicky Transient Facility (ZTF).