¿Cada cuánto tiempo cambias de móvil? ¿Y de ordenador? ¿Y de televisor?
Seguramente ese tiempo haya ido acortándose en los últimos años debido, en gran medida, a la obsolescencia programada.
Un fenómeno que no se refiere solo al hecho de que un objeto tecnológico deje de funcionar, sino también a que surja uno mejor o, directamente, a que pase de moda. La consecuencia es que la basura tecnológica no deja de aumentar y amenaza al medio ambiente.
La vida de los productos últimamente es relativamente corta, ya que a corto plazo se deterioran o se quedan obsoletos.
En muchos casos, ante una avería el fabricante directamente nos dice que no es rentable repararlo y nos emplaza a comprar uno nuevo. Sin embargo, que estos productos dejen de funcionar es algo que forma parte de su diseño y, en muchos casos, ha sido cuidadosamente planificado por los fabricantes para forzarnos a comprar nuevos productos.
Este fenómeno llamado obsolescencia programada tiene un lado oscuro en esta espiral que empuja a renovar continuamente ciertos productos es que genera inmensas cantidades de residuos, concretamente de basura tecnológica.
En el caso de la Unión Europea, se estima que son más de 2.500 millones de toneladas al año. La alternativa a este problema es la economía circular, que invita a reutilizar, reparar y reciclar los materiales y productos existentes siempre que sea posible para aumentar su ciclo de vida.
La obsolescencia programada tiene que ver con aquellos productos diseñados para fallar de forma prematura o quedarse obsoletos a corto-medio plazo.
Pues al final del caso, el propósito es vender un producto nuevo o una actualización del mismo, práctica ya prohibida en algunos países. Su origen se atribuye a la industria del automóvil estadounidense, cuando en 1924 un ejecutivo de General Motors, Alfred P. Sloan Jr., sugirió lanzar nuevos modelos cada año para mantener las cifras de venta.
TIPOS DE OBSOLESCENCIA PROGRAMADA
A continuación, repasamos los principales tipos de obsolescencia programada que hay:
Sistémica
Ocurre, por ejemplo, cuando un ordenador deja de ser compatible con la nueva versión del sistema operativo o no es posible conectar nuevos periféricos porque ha cambiado el estándar del puerto.
Percibida
Se da, por ejemplo, cuando los diseñadores de smartphones o de ropa modifican el estilo de los productos para que los antiguos sean percibidos como menos deseables.
Fechada
Algunos productos simplemente dejan de funcionar o se desactivan pasada una determinada fecha, forzando a su remplazo aunque estén en buenas condiciones de uso.
Legal
Se produce cuando la regulación prohíbe el uso de un producto, por ejemplo, la circulación de vehículos diésel en el centro de muchas ciudades europeas con el fin de reducir emisiones.
EJEMPLOS DE OBSOLESCENCIA PROGRAMADA
En concreto, estas son algunas de las prácticas de la obsolescencia programada:
Prevención de reparaciones
Numerosos productos de electrónica de consumo están pensados para que el usuario no pueda ni repararlos ni sustituir piezas. En ocasiones, esto se traduce en una imposibilidad física, ya que la carcasa no puede abrirse sin romperse o las piezas están soldadas para evitar su remplazo.
Durabilidad artificial
Consiste en diseñar un producto para que se deteriore rápidamente, por ejemplo, utilizando materiales menos resistentes en las partes más sometidas a desgaste. En el caso de los ordenadores, llega un momento en el que la actualización del software deja de ser compatible.
Baterías insustituibles
Algunos portátiles, móviles o cepillos de dientes eléctricos tienen baterías de ion de litio, con una vida útil de dos o tres años, que no pueden ser sustituidas por el usuario final y que le obligan a comprar un nuevo dispositivo.