Cuando una tormenta invernal que batió récords azotó el noreste de Estados Unidos a principios de 2023, las temperaturas en el Observatorio del Monte Washington, en New Hampshire, cayeron en picado hasta los -43 °C, pero cuando el observatorio tuvo en cuenta las ráfagas de viento de 204 km/h que azotaban la estación meteorológica, arrojaron una temperatura de sensación térmica de -78 °C.
La sensación térmica, mencionada en los partes meteorológicos matinales y en las aplicaciones meteorológicas, es una medida del frío que se siente en la piel. Y es una previsión importante para la seguridad pública.
Las personas expuestas a -23 °C y vientos suaves pueden sufrir congelación en 30 minutos, pero si esos vientos aumentan a más de 100 km/h, la congelación puede ocurrir en menos de cinco minutos.
¿Cómo calculan los meteorólogos la sensación térmica?
Cuando una persona está al aire libre con frío, su cuerpo empieza a perder calor. Pero al igual que una persona que expulsa el calor de un plato de sopa caliente, los vientos fríos eliminan el calor corporal más rápidamente, haciendo que parezca que hace más frío en el exterior.
Calcular la sensación térmica puede ayudar a las personas a prepararse mejor para condiciones duras al aire libre. El frío puede provocar hipotermia, cuando la temperatura corporal desciende por debajo de los 36 °C, o congelación, cuando el tejido corporal se congela y puede sufrir daños permanentes.
Los meteorólogos establecen la sensación térmica mediante esta fórmula calculada por Agencia Española de Meteorología (AEMET) que tiene en cuenta la velocidad del viento y la temperatura del aire, aunque otros factores como un día soleado pueden hacer que la temperatura parezca más cálida.
¿Por qué se utiliza la sensación térmica?
El término “sensación térmica” en inglés es wind chill [frío de viento]. Fue acuñado por primera vez en 1939 por el geógrafo y explorador antártico Paul Siple. Junto con su compañero Charles Passel, experimentaron cuánto tardaba el agua en congelarse en diferentes condiciones de aire y viento. A partir de estos datos, crearon fórmulas para determinar cómo podía influir el viento en la sensación de temperatura sobre la piel.
Con el tiempo, sus fórmulas se han ido actualizando con modelos informáticos más precisos y experimentos con seres humanos.
Un estudio publicado en 2002 expuso a seis hombres y seis mujeres a diferentes temperaturas y velocidades del viento y midió la pérdida de calor mediante sensores colocados en la cara.
Aunque estos experimentos ayudaron a los científicos a establecer datos de referencia sobre cómo el calor abandona el cuerpo en adultos sanos, algunas poblaciones, como los niños, los ancianos y los adultos con problemas de salud, corren un mayor riesgo de experimentar diferentes sensaciones térmicas.
Otras formas de medir la sensación térmica
La fórmula utilizada por los servicios meteorológicos para determinar la sensación térmica no es el único método empleado para calcular cómo influyen las condiciones ambientales en la sensación de frío o calor.
El servicio de predicción meteorológica AccuWeather tiene su propio índice denominado temperatura ReelFeel. Según el meteorólogo jefe de AccuWeather, Jonathan Porter, su índice tiene en cuenta condiciones meteorológicas que la sensación térmica del servicio meteorológico de Estados Unidos (NWS) no tiene en cuenta, como el punto de rocío, la nubosidad y las precipitaciones.
Otro modelo, más utilizado en Europa, se llama Índice Universal del Clima Térmico, y también tiene en cuenta condiciones como la humedad y la insolación.
LA AEMET (igual que la NWS) sólo hace referencia en su descripción a la temperatura del aire y a la velocidad del viento en su estimación de la sensación térmica para proporcionar una instantánea de las condiciones meteorológicas más influyentes que afectan a cómo se siente la temperatura, utilizando el cálculo más sencillo, según Michael Muccilli, Coordinador del Programa de Invierno del NWS.
Cómo mantenerse a salvo cuando baja la sensación térmica
La sensación térmica y otras estimaciones de lo frío que se siente fuera se pronostican en última instancia para ayudar a informar a la gente sobre meteorología potencialmente mortal.
Lo mejor es quedarse en casa cuando haya riesgo de congelación o hipotermia, pero si tienes que salir, planifica en consecuencia. Vístete por capas, hasta tres o más en caso de frío extremo. Cúbrete las extremidades, como los dedos de manos y pies, ponte un gorro para evitar la pérdida de calor por la cabeza y asegúrate de que las capas exteriores y el calzado son impermeables. Y protégete del viento, aconseja Muccilli.
Recuerda que los problemas de salud peligrosos, especialmente cuando la sensación térmica es extrema, pueden aparecer en cuestión de minutos.