En un audaz intento por consolidarse como líder en la exploración espacial, Rusia ha lanzado la sonda espacial ‘Luna-25’ con el ambicioso propósito de extraer agua de la Luna, haciendo historia en la carrera cósmica frente a Estados Unidos y China.
El despegue de la estación espacial robótica Luna-25 se efectuó desde el cosmódromo de Vostochni, en Siberia, a las 23:10 GMT. Este dispositivo espacial se encuentra en ruta hacia la órbita lunar, con una trayectoria que durará cinco días. Una vez en órbita, permanecerá durante al menos una semana antes de intentar un aterrizaje sin precedentes en las cercanías del cráter Bogulawsky, una depresión de 97 kilómetros de diámetro en el polo sur lunar. Hasta la fecha, ninguna nave ha alunizado con éxito en esta intrincada región del satélite terrestre, que se ha convertido en el nuevo epicentro de la competencia espacial.
Este logro marcaría una nueva hazaña en la exploración lunar, ya que, tal como resalta Alexander Blojin, un alto funcionario de la Agencia Espacial Rusa (Roscosmos), se trataría del primer alunizaje en la historia en el gélido polo sur lunar. “Hasta ahora, todas las misiones habían aterrizado en la zona ecuatorial”, afirmó.
La elección del sitio de aterrizaje no es al azar. Expertos en la materia sostienen que esta región lunar podría albergar vastas reservas de agua en forma de hielo, un recurso crucial para futuras misiones tripuladas. Siguiendo el ejemplo de otras potencias espaciales, Rusia tiene en la mira misiones de mayor envergadura, diseñadas para investigaciones científicas a largo plazo, que incluirían la recopilación de muestras y el análisis del suelo lunar.
Este esfuerzo representa un resurgimiento significativo para Rusia en la exploración lunar, que no enviaba una sonda a la Luna desde 1976, cuando la misión Luna-24 alcanzó un éxito rotundo al traer de vuelta muestras de rocas lunares. Con el presente proyecto, los líderes actuales en la exploración espacial rusa buscan honrar ese legado y reafirmar su presencia en la exploración espacial.