Para el año 2030, se espera que los pagos digitales se tripliquen a nivel mundial, superando las tres mil millones de operaciones, según el informe “Payments 2025 & Beyond” de PwC. Entre 2020 y 2025, las transacciones electrónicas se proyectan a crecer un 82%, pasando de mil millones a 1,8 mil millones de operaciones.
La inclusión financiera, un objetivo global del Banco Mundial, busca alcanzar un acceso del 80% de la población adulta a smartphones para el año 2025, a pesar de no haber logrado su meta del 100 % en 2020, con un 69 % en 2017.
En medio de estas proyecciones positivas, surge la pregunta:
¿Qué nos depara el 2024 en el mundo de los pagos? Aquí, destacamos cinco tendencias clave.
- Empresas incursionan en Fintech: Empresas de diversos sectores se sumergen en el ámbito de los pagos como solución clave para sus negocios. Grandes compañías, incluso farmacéuticas, se encaminan a convertirse en pseudo bancos, según Santiago Lorenzo, CTO de Menta.
- Auge del pago sin efectivo: La tendencia hacia la eliminación del efectivo en las cadenas de distribución se profundiza. Problemas como la seguridad y el almacenamiento se abordan, mientras grandes cadenas buscan soluciones, como la ofrecida por Menta, para convertirse en fintech y brindar opciones de pago digital.
- Seguridad reforzada con menos obstáculos: La seguridad en los pagos se convierte en una prioridad, abordando no solo la tecnología sino también la ingeniería social. Aunque se anticipan medidas regulatorias y estándares más estrictos, se espera que avances como el token request minimicen la fricción en las transacciones.
- Simplificación de aplicaciones de pagos: Con el avance de tecnologías como las criptomonedas, se pronostica una consolidación de productos en 2024. Las billeteras móviles podrían reducirse significativamente, ofreciendo a los usuarios opciones más maduras y duraderas.
- Pagos sin fronteras: Se prevé una aceleración de los pagos transfronterizos B2B en los próximos cinco años, con la adopción del token brand que facilitará transacciones globales. Aunque América Latina ha estado rezagada en digitalización, las empresas se enfrentan a los desafíos del efectivo y reconocen las ventajas de la digitalización.
El año 2024 se vislumbra como un período crucial de maduración y transformación para los sectores involucrados en el ámbito financiero y de pagos.
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