Una Investigación Fuera de lo Común
El título puede sonar alarmante, casi como sacado de una película de ciencia ficción, pero la realidad es mucho más intrigante. En la Estación Espacial Internacional (EEI), los científicos están llevando a cabo una investigación fascinante sobre la presencia de bacterias, particularmente la cepa Enterobacter bugandensis, conocida por su resistencia a varios medicamentos.
El Programa Microbial Tracking de la NASA
Este estudio es parte del programa de investigación de la NASA llamado Microbial Tracking, que tiene como objetivo comprender la microbiota única que se desarrolla en el entorno de la EEI. Cuando los seres humanos viajan al espacio, llevan consigo una gran cantidad de microbios, creando un entorno microbiano único en la estación. Para entender mejor este entorno, la NASA desarrolló el programa Microbial Tracking, que ha estado analizando microorganismos en la EEI desde diciembre de 2021.
Descubrimientos Inesperados
Durante la investigación Microbial Tracking-1, se analizaron microorganismos en el aire y en la superficie de la EEI entre 2015 y 2016. Como resultado, se aislaron 13 cepas de Enterobacter bugandensis en la estación. Lo más sorprendente fue que estas cepas, bajo condiciones de estrés en la EEI, mutaron y se volvieron genética y funcionalmente distintas en comparación con las cepas encontradas en la Tierra.
Adaptación a Condiciones Extremas
La presencia de estas bacterias en la EEI es significativa porque proporciona información sobre cómo los microorganismos se adaptan a condiciones extremas de microgravedad, radiación y altos niveles de dióxido de carbono. Esta capacidad de adaptación tiene implicaciones importantes para la salud de los astronautas y destaca la necesidad de medidas de prevención adicionales en entornos espaciales.
Importancia Médica y Científica
El género Enterobacter incluye bacterias que pueden ser patógenas y causar infecciones oportunistas, especialmente en personas con sistemas inmunes debilitados. Se ha descubierto que la especie E. bugandensis encontrada en la EEI podría ser particularmente virulenta, lo que subraya la importancia de comprender su comportamiento y potenciales riesgos para la salud humana en entornos espaciales.