El telescopio James Webb ha puesto su mirada en Quirón, un cuerpo celeste que desafía las categorías tradicionales de asteroide y cometa. Descubierto en 1977, este objeto, clasificado como “centauro”, orbita entre Júpiter y Saturno cada 50 años. Su peculiaridad radica en su núcleo helado de dióxido y monóxido de carbono, rodeado de una nube de gas que incluye metano. Un estudio reciente publicado en Astronomy and Astrophysics revela que, gracias al James Webb, se han detectado moléculas nunca antes observadas en un centauro, como el etano y el propano.…
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