Un hallazgo revolucionario ha cambiado lo que creíamos saber sobre la formación de planetas en el universo. El telescopio espacial James Webb, con su capacidad para observar en el infrarrojo, ha confirmado que los planetas pueden formarse incluso en entornos que antes se consideraban imposibles. Un misterio de dos décadas En 2003, el telescopio Hubble detectó un planeta masivo orbitando una estrella tan antigua como el universo mismo. Este descubrimiento planteó una paradoja: en ese momento del cosmos, las estrellas contenían muy pocos elementos pesados —como carbono, oxígeno o hierro—…
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