En una misión histórica para la exploración espacial y el empoderamiento femenino, la empresa aeroespacial Blue Origin realizó con éxito el lanzamiento de su vuelo suborbital NS-31, protagonizado por una tripulación compuesta únicamente por mujeres. A bordo del cohete New Shepard, seis destacadas figuras desafiaron la gravedad y marcaron un hito al llegar hasta la línea de Kármán, el límite que separa la atmósfera terrestre del espacio exterior.
Una misión de Blue Origin femenina a los confines del espacio
El vuelo despegó desde el oeste de Texas alrededor de las 7:30 de la mañana (hora local). En apenas 10 minutos con 22 segundos, las seis tripulantes experimentaron la ingravidez al superar los 100 kilómetros sobre el nivel del mar. Esta hazaña no solo representa un avance tecnológico, sino también un poderoso mensaje de inclusión y liderazgo femenino en un ámbito tradicionalmente dominado por hombres.
La tripulación estuvo integrada por la cantante Katy Perry, la ingeniera Aisha Bowe, la activista Amanda Nguyen, la productora Kerianne Flynn, la presentadora Gayle King y Lauren Sánchez, periodista y prometida del fundador de Blue Origin, Jeff Bezos, quien despidió a las pasajeras con palabras de aliento desde la base de lanzamiento.
Vivir el espacio: una experiencia transformadora
Durante la fase de microgravedad, las tripulantes expresaron su emoción con gritos de júbilo que se transmitieron en tiempo real. Al aterrizar de regreso en el desierto texano, alrededor de las 8:00 a.m., descendieron una por una de la cápsula New Shepard, vestidas con trajes espaciales azules.
Uno de los momentos más emotivos fue protagonizado por Katy Perry, quien al tocar tierra se arrodilló y besó el suelo en señal de gratitud. Más tarde, reveló que llevó consigo una margarita como símbolo de resiliencia, en honor a su hija Daisy. “Las margaritas crecen en cualquier condición”, dijo la cantante, haciendo una analogía con la capacidad humana de superar cualquier reto.
El papel de las empresas privadas en la exploración espacial
La misión NS-31 refleja el crecimiento del turismo espacial y el papel cada vez más relevante de las compañías privadas como Blue Origin, SpaceX y Virgin Galactic. Estas empresas han revolucionado la industria al desarrollar tecnologías como los cohetes reutilizables y nuevos sistemas de propulsión.
De acuerdo con José Franco, astrofísico del Instituto de Astronomía de la UNAM, “la participación privada ha acelerado el desarrollo aeroespacial, haciendo realidad lo que antes parecía exclusivo de las agencias gubernamentales”.
Por su parte, el investigador Alejandro Farah, también de la UNAM, destaca que, aunque estas misiones no orbitan la Tierra y se consideran suborbitales, representan avances científicos significativos. “Cruzar la línea de Kármán es un logro importante, incluso si el viaje dura solo unos minutos”, afirmó.
¿Turismo espacial o entrenamiento astronauta?
Aunque las tripulantes vivieron momentos similares a los de un astronauta, expertos aclaran que los pasajeros de vuelos suborbitales no realizan misiones científicas complejas ni permanecen en el espacio por periodos prolongados. Según Franco, “el entrenamiento requerido es menor, pero aún así exige preparación física y mental, ya que se enfrentan a fuerzas G y condiciones extremas”.
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