Por: Julio De Jesús Ramos García
No perdamos de vista estos indicadores, recordemos que en 2024, México recibió un récord de 64,745 millones de dólares en remesas, consolidándose como una fuente vital de ingresos para millones de familias. El 99.1% de estas transferencias se realizaron electrónicamente, lo que refleja una transformación silenciosa pero profunda: el auge de las remesas digitales.
Las aplicaciones de transferencia de dinero han simplificado y abaratado el envío de remesas. Esto ha promovido la inclusión financiera, permitiendo que personas sin acceso a servicios bancarios tradicionales reciban fondos directamente en sus dispositivos móviles. Además, la velocidad y conveniencia de estas aplicaciones son incomparables, permitiendo transacciones en minutos y acceso casi instantáneo a los fondos, lo cual es crucial en situaciones de emergencia.
Hoy en día, a pesar de los avances, persisten desafíos significativos. La falta de transparencia, confianza y seguridad, así como la escasa experiencia de usuarios y la lentitud de algunas transacciones, limitan la digitalización completa de las remesas; además, las políticas migratorias y fiscales de Estados Unidos podrían afectar el flujo de remesas. Propuestas de figuras políticas como Donald Trump incluyen la imposición de impuestos sustanciales a las transferencias de dinero al extranjero, lo que podría reducir significativamente las remesas enviadas a México.
Por cierto como lo hemos comentado en esta columna, los desafíos financieros siguen siendo desafíos con atención lenta; las remesas digitales ofrecen oportunidades para fortalecer la economía mexicana. Al aprovechar la tecnología financiera y fomentar la educación financiera, México puede mejorar la inclusión financiera y reducir la dependencia de métodos tradicionales de envío de dinero.
Además, la adopción de criptomonedas y tecnologías blockchain podría ofrecer alternativas más seguras y eficientes para las remesas, aunque esto requeriría un marco regulatorio adecuado y esfuerzos para garantizar la seguridad y estabilidad de estas tecnologías. Las remesas digitales representan una evolución significativa en la relación económica entre México y Estados Unidos. Aprovechar esta tendencia requiere un enfoque equilibrado que promueva la innovación tecnológica, garantice la seguridad de las transacciones y proteja los derechos e intereses de los migrantes que sostienen esta vital fuente de ingresos.