Una de las características más enigmáticas del Sol es la enorme diferencia de temperatura que existe entre su superficie, o fotosfera, y su atmósfera superior, conocida como corona. Mientras que la primera registra una temperatura de unos 5.500°C, la segunda puede alcanzar los 2 millones de grados. Ahora, un estudio publicado en la revista Nature Communications ha propuesto una respuesta de por qué surge este evento
La clave para entender esta inversión térmica podría encontrarse en la reconexión constante de las intrincadas líneas del campo magnético del Sol, y la sonda Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha proporcionado información innovadora sobre este fenómeno solar.
El Sol es una masa de plasma turbulenta que cuenta con un campo magnético complejo y en constante cambio. La corona es un semillero de líneas de campo magnético que se enredan, se estiran, se rompen y se vuelven a conectar. Las reconexiones magnéticas a gran escala son responsables de las erupciones solares y las eyecciones de masa coronal.
En escalas más pequeñas, los científicos han planteado la hipótesis de que estos eventos de reconexión podrían transferir energía a la corona, proporcionando así una fuente de calor. Sin embargo, debido al intenso calor y brillo de nuestra estrella, ha sido difícil observar estos procesos directamente. La llegada del Solar Orbiter cambió el juego.
Punto nulo
En marzo de 2022, la nave espacial capturó imágenes de reconexión magnética en escalas diminutas con una resolución ultra alta de solo 390 kilómetros de diámetro. Durante una hora, el Solar Orbiter registró un punto nulo, que es el lugar donde la intensidad del campo magnético cae a cero y se produce la reconexión.
Este mantuvo una temperatura de alrededor de 10 millones de grados centígrados y produjo un flujo de salida continuo a velocidades de alrededor de 80 kilómetros por segundo, visible como «manchas» de plasma.
La nave espacial observó dos tipos de reconexión: una «suave» y otra más explosiva y de corta duración. Ambos ocurrieron simultáneamente, transfiriendo masa y energía a la corona superior, proporcionando así una explicación potencial para la misteriosa inversión de temperatura.
Importancia
Este descubrimiento valida la hipótesis de que se producen reconexiones magnéticas constantes a pequeña escala en la superficie del Sol. Además, los datos sugieren que podrían estar ocurriendo reconexiones incluso a menor escala, potencialmente detectables por el Solar Orbiter a medida que continúa con sus encuentros cercanos con el Sol.
Los científicos esperan que, a medida que la nave continúe acercándose a nuestra estrella, pueda capturar observaciones de mayor resolución. El nuevo conocimiento les permitirá entender aún más esta desconcertante inversión de temperatura.
Los hallazgos no sólo arrojan luz sobre un misterio científico de larga data, también destacan el papel fundamental que desempeñan las sondas espaciales en el avance de nuestra comprensión del universo. La investigación marca un hito en el campo de la física solar y abre la puerta a futuras revelaciones sobre la naturaleza enigmática del Sol.