Una nueva etapa en la historia de la tecnología está a punto de comenzar. La compañía Neuralink, liderada por el magnate Elon Musk, se embarca en la búsqueda de sus primeros voluntarios humanos dispuestos a recibir un chip cerebral, marcando un hito en el desarrollo de la tecnología implantable.
Un Paso Importante para Neuralink
La noticia ha generado tanto interés como preocupación en el mundo de la tecnología. Neuralink, la empresa co-fundada por Elon Musk, está en proceso de encontrar a los primeros voluntarios humanos dispuestos a someterse a la instalación de su controvertido chip cerebral. ¿Estarías dispuesto a ser uno de los pioneros en probar esta tecnología?
Sin embargo, no se trata de una solicitud abierta para cualquier persona. Neuralink ha establecido criterios específicos para sus primeros voluntarios humanos. La empresa busca personas con lesiones en la médula espinal, en particular aquellos que sufren de cuadraplejia. Además, los voluntarios deben tener más de 22 años y recibir cuidados médicos continuos.
Restaurar la Movilidad
El enfoque de Neuralink en reclutar a personas con discapacidades motrices se debe a su ambicioso objetivo de brindarles la capacidad de controlar un cursor o un teclado “solo con sus pensamientos”. La tecnología detrás de este chip cerebral pretende ofrecer una solución innovadora para aquellos que han perdido sus funciones motoras debido a lesiones en la médula espinal o condiciones avanzadas como la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA).
El estudio que involucra a estos primeros voluntarios humanos se espera que dure aproximadamente seis años, y aunque no se proporcionará un pago, Neuralink se ha comprometido a reembolsar todos los costos asociados con su participación.
El Proceso de Pruebas
El estudio clínico, conocido como PRIME (Precise Robotically Implanted Brain-Computer Interface), ha recibido la aprobación de la FDA de Estados Unidos y constará de tres etapas distintas de pruebas.
En la primera etapa, Neuralink se centrará en evaluar el rendimiento del chip N1, una interfaz controlada por impulsos cerebrales. La empresa busca que esta interfaz sea completamente invisible, con 1,024 electrodos conectados en 64 hileras funcionando perfectamente.
La segunda etapa implicará el estudio del robot R1, que es el dispositivo encargado de implantar el chip en el cerebro. Por último, la tercera etapa evaluará las funciones de la N1 User App, un software que transforma las señales cerebrales o impulsos eléctricos en comandos computacionales, como escribir un mensaje o controlar un cursor. Durante esta fase, se pondrá a prueba la funcionalidad y seguridad del dispositivo.
Desafíos Éticos y de Seguridad
A pesar de las promesas y el potencial revolucionario de esta tecnología, Neuralink ha enfrentado críticas por cuestiones éticas y de seguridad. La empresa ha sido objeto de acusaciones de maltrato animal y la muerte de varios monos que participaron en pruebas con sus chips cerebrales. Elon Musk se ha defendido argumentando que los animales estaban enfermos terminalmente y que su tecnología no fue la causa de sus muertes.
La búsqueda de voluntarios humanos marca un hito en la historia de Neuralink y abre la puerta a un futuro donde la interfaz cerebro-computadora podría desempeñar un papel crucial en la vida de las personas con discapacidades motoras. Sin embargo, la empresa enfrentará desafíos tanto técnicos como éticos mientras avanza en su camino hacia la integración de la tecnología cerebral en la vida cotidiana.