Por: Julio de Jesús Ramos García
El 23 de febrero de 2025, Alemania celebró elecciones federales anticipadas que resultaron en una victoria para la alianza conservadora CDU/CSU, liderada por Friedrich Merz, quien se perfila como el próximo canciller. La CDU/CSU obtuvo el 28.5% de los votos, mientras que el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) alcanzó un histórico 20.8%, situándose como la segunda fuerza política en el Bundestag, esto sin duda fue un viraje político significativo.
Este resultado refleja una polarización política y geográfica en el país. Mientras que el oeste de Alemania continúa apoyando a los partidos tradicionales, el este muestra un creciente respaldo a la extrema derecha. Ciudades como Berlín se mantienen como bastiones contra el extremismo, con Die Linke y los Verdes liderando en la capital.
Merz ha enfatizado la necesidad de que Europa logre una mayor autonomía en defensa, independizándose de la influencia estadounidense. Además, ha descartado cualquier coalición con la AfD, a pesar de su notable avance electoral.
Por otra parte, existen desafíos económicos y un contexto global complejo y en México, la economía enfrenta retos significativos. La inflación anual general repuntó a 3.74% en la primera mitad de febrero de 2025, interrumpiendo una tendencia de seis quincenas a la baja, aunque se mantiene dentro del objetivo del Banco de México.
El Banco de México ha ajustado a la baja su pronóstico de crecimiento económico para 2025, reduciéndolo de 1.2% a 0.6%. Esta revisión se debe, en parte, a la contracción del 0.6% registrada al cierre de 2024, la peor desde la pandemia, y a la incertidumbre generada por posibles aranceles del 25% que Estados Unidos podría imponer a las exportaciones mexicanas.
En respuesta a estas amenazas, el gobierno mexicano ha intensificado las negociaciones diplomáticas en Washington; sin embargo, tanto Alemania como México se encuentran en encrucijadas críticas. Alemania debe abordar la creciente polarización política y el ascenso de la extrema derecha, mientras redefine su papel en el escenario internacional.
Nosotros, enfrentamos desafíos económicos internos y presiones externas que requieren respuestas estratégicas y coordinadas. La forma en que ambos países manejemos estos desafíos tendremos las repercusiones positivas o negativas significativas en el futuro cercano y sobre todo en las relaciones bilaterales e internacionales.