Pilas a la mexicana, hechas a base de tequila

Academia-Industry Training ayuda a startups suizas y mexicanas a escalar sus proyectos científicos para que se puedan llevar al mercado

 

Convertir los proyectos científicos en productos y servicios no es sencillo, se requiere analizar si existe mercado y crear un modelo de negocios que lleve esa idea hasta el consumidor final.

Para hacer este proceso más fácil, la Embajada de Suiza en México lanzó la segunda edición de Academia-Industry Training (AIT) México, que ayuda a startups suizas y mexicanas a escalar sus soluciones para que se puedan llevar al mercado y que generen impacto social y beneficio a las comunidades.

Son 10 ideas suizas y 10 mexicanas las que recibirán el apoyo que consiste en un programa de emprendimiento y la posibilidad de ganar un premio a la innovación de 10,000 francos suizos (205,000 pesos aproximadamente), que se concederá al proyecto más prometedor de Suiza y de México para apoyar su escalamiento.

Además, el programa apoya las y los participantes en sus planes de negocio, en establecer contactos con la industria, aclarar cuestiones de propiedad intelectual, crear redes a nivel internacional y fomentar nuevas vinculaciones y colaboraciones en México y en Suiza.

Los proyectos

Entre los proyectos mexicanos se encuentran la creación de una salchicha de calamar, que aporta hasta 40% más proteína que la salchicha tradicional, también se trabaja en la creación de pila de litio a partir de desechos de la industria tequilera.

Otros de los desarrollos son: un dispositivo de descarga que evita la fuga de agua en los inodoros y un sistema de monitoreo inteligente que calcula el peso y tamaño de los camarones de granja, específicamente la cantidad de alimento necesaria, lo cual mejora la producción del camarón.

Suiza se encuentra entre los países más innovadores del mundo. Recientemente, el Global Innovation Index nombró a Suiza como el país más innovador por undécimo año consecutivo.

La AIT es una iniciativa del Centro Latinamericano-Suizo de la Universidad de St.Gallen en Suiza y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), con el apoyo de la Secretaría de Educación, Innovación e Investigación Suiza (SERI).

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