En México, la agroindustria buscaría reducir 21 toneladas de CO2 a través de proyectos verdes

Tras la propuesta realizada por la FAO para solventar los efectos de la emergencia sanitaria por el Covid-19 en Latinoamérica, en México se informó que hasta hoy se han concretado más de dos mil 238 proyectos que buscan invertir en tecnologías que usen energías limpias, además de tener eficiencia energética en la agroindustria, a través de estos proyectos se dio a conocer que se  reducirá 21.1 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) durante los próximos 25 años.

Durante el informe realizado la FAO destacó lo siguiente:

“Todos los tipos de tecnologías promovidas resultaron financieramente viables, promediando aproximadamente un Valor Presente Neto (VPN) de más de 100 mil dólares por tecnología financiada y una tasa interna de retorno (TIR) del 36 por ciento. La inversión en el proyecto resultó económicamente rentable para la sociedad en su conjunto, con un VPN de 571 millones de dólares y una TIR del 63 por ciento”.

“En el marco de este proyecto, el gobierno a través de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y el Fideicomiso de Riesgo Compartido (Firco) impulsó un plan de fomento de tecnologías eficientes y bajas en emisiones en la agricultura y la agroindustria, que demostró ser beneficioso para los actores involucrados (INECC, 2018)”.

Por otra parte se destacó que tomando en cuenta los más de dos mil proyectos, la tecnología más usada fue la solar, esto a través de paneles fotovoltaicos de los que se han instalado 738 en todo México.

“Además, el proyecto generó beneficios indirectos como una reducción en la contaminación del suelo y el agua, una disminución de las plagas y las enfermedades de los animales, menores costos derivados de multas o pérdidas por problemas sanitarios, y mejoras en las condiciones laborales y la calidad de vida de las comunidades, entre otros”, explica la FAO en sus resultados.

Los obstáculos a vencer.

 

Por otra parte, también se indicó que durante la implementación y desarrollo de estas iniciativas, la FAO informó lo siguiente:

“La ausencia de ausencia de un marco regulatorio con incentivos para la adopción de tecnologías de eficiencia energética y de generación de energías limpias en la agroindustria, constituyó la principal barrera al iniciar el proyecto”.

“El programa de subsidios para la inversión en nueva tecnología y la asistencia técnica desplegada inicialmente por el proyecto tanto a nivel central y regional, para la generación de capacidades en actores clave, fueron elementos centrales para solventar la falta inicial de conocimiento y confianza de los productores respecto a dicha tecnología”.

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